viernes, 28 de diciembre de 2007

Reality show


Ya desde el vamos el título no guarda coherencia alguna con la parafernalia circense que montan los vendedores de la buena tele, ¿la buena fe?, puesto que reality es la definición de algo real, realista, algo que evidentemente no es la vida filmada las veinticuatro horas del día por innumerables cámaras, en cambio no tenemos objeciones con show, ya que justamente los chicos actúan y bailan para las cámaras, y juegan nominándose sin resquemor, no conviven.


La situación hoy día en el mundo se podría resumir en una dicotomía de oferta-demanda, la televisión está inmiscuida como el medio más potente (llega prácticamente a todas las casas) y nocivo, vende constantemente sin tener en cuenta otros fines mediante los cuales podrían enriquecerse todos y no unos pocos, esos se delimitan todos dentro de la cultura, el bien más preciado de un pueblo.


Prima a fin de cuentas el dinero, para los que montan el espectáculo y para los participantes, tienen el incentivo de miles y miles de pesos como premio para el vencedor de la competencia. Pesos que ganan gracias a los que demandan y consumen. No le encontramos el lado positivo aunque y a pesar de que se lo busquemos. Ustedes tomen su decisión, si seguir consumiendo o desviar sus mentes hacia mejores ocupaciones. Vámonos.


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