jueves, 23 de julio de 2009

Sueños de sueños

Antonio Tabucchi ha escrito, entre tantos libros, uno llamado Sogni di sogni (1992) en que relata los sueños de los artistas que ha amado movido por el deseo que siempre lo asaltó de conocer sus sueños.
Resulta muy interesante su lectura y, a su vez, el epígrafe que propone para su obra, que es una antigua canción china:


Sotto il mandorlo della tua donna, quando la prima luna d'agosto sorge dietro la casa, potrai sognare, se gli dèi sorridono, i sogni di un altro.


«Bajo el almendro de tu mujer, cuando la primera luna de agosto surge detrás de la cosa, podrás soñar, si los dioses sonríen, los sueños de otro.»


Otro misterio de la vida. La transmigración nocturna de un alma. La bilocación del espíritu. ¿En qué zona ingrávida estamos en los sueños? ¿Por qué los sentimos reales cuando sabemos que es una maquinación de la mente? Acaso atisbamos la eternidad como la divinidad, uno intelligendi actu, registrando no sólo los posibles sino también los imposibles, resultando consecuentemente más grande que el universo. O bien son visiones que se abren paso a través de las grietas del Cielo o del Infierno. Todo es tan misterioso que aun esto es posible.

¿Qué soñaremos esta noche?
¿Qué orbe intemporal visitaremos?


Bajo el almendro en flor soñaremos los sueños de otros cuando el fruto madura y cae de suyo. La luna, velará nuestro sueño.

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