viernes, 23 de julio de 2010

Amor sin reservas

«¿Quién dijo que todo está perdido?
    Yo vengo a ofrecer mi corazón».

Dice Fito Paez en una de sus canciones.
En las relaciones humanas los malentendidos y los desamores reprochados causan desesperanza y el estado de ánimo decae en tristeza.
No vemos las cosas cómo son, sino tal cual nos sentimos, parafraseando a Anaïs Nin.
Con esto no descubro nada nuevo.

Yo quiero decir que si en las relaciones humanas no hay una pincelada de gratuidad no perduran.
Hay que amar también gratuitamente, sin esperar algo del otro.
En una relación donde hay "eros" esperaremos que nuestro amor hacia el otro vuelva a nosotros de alguna forma.
Pero si no nos damos por completo, amando sin reservas ni pretensiones en algunos aspectos, actos y palabras las relaciones se tornan más difíciles y a veces terminan.
No se trata de hacerlo siempre. No se puede mantener siempre el amor abnegado y caritativo. Pero, teniéndolo, la relación se fortalece mucho más.

Jesús le pregunta al final del Evangelio según San Juan a Pedro si lo ama gratuitamente, sin reservas, abnegadamente, y Pedro le contesta que él sabe que lo quiere. Pedro le dice que lo ama humanamente como podemos hacerlo. Sin embargo, es posible hacerlo a veces sin reservas y sin esperar nada del otro. Es entonces, incluso, cuando mejor nos sentimos.

Cuando todo se tiñe de negatividad y no se ven salidas es conveniente pensar esto.
Es útil y hasta necesario decirse a uno mismo:

«¿Quién dijo que todo está perdido?
   Yo vengo a ofrecer mi corazón».

2 comentarios:

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Tal y como se le entre las líneas de tu texto, el amor es entregarse a la otra persona sin esperar nada a cambio. Quien lo consiga será feliz, ya que si sabemos aprender de los maestros, sólo habría que escucharlos alguna vez:

"Ama y haz lo que quieras."

San Agustín.

Lucas Esandi dijo...

Y Dante dirá con respecto a la dulzura del amor:
«che intender non la può chi non la prova».

Eso es casi español, no necesita traducción. De todas formas: "que no la puede entender quien no la prueba".

En pocas palabras. Para entender lo dicho hay que sentirlo.
Gracias por la cita del Hiponate. Es una de mis preferidas.