sábado, 3 de enero de 2009

El símil más humano de la Comedia

Dante no se atreve a seguir por el miedo que siente. Entonces, Virgilio le dice que la misma Beatriz, Lucía y la Virgen María cuidan de él en el cielo, y que su amada le pidió a él que lo ayudara a Dante. Nuestro poeta, al conocer los designios celestes, nos dice con este memorable símil, en los versos 127-132 del Canto II del Inferno:


Quali fioretti dal notturno gelo
chinati e chiusi, poi che ‘l sol li ‘mbianca
si drizzan tutti aperti in loro stelo


Tal mi fec’io di mia virtute stanca,
e tanto buono ardire al cor mi corse
ch’i’ cominciai come persona franca:...


Como las flores por la helada nocturna
inclinadas y cerradas, luego que el sol las ilumina
se enderezan todas abiertas en su tallo


Tal me hice yo de mi virtud cansada,
y tan buen arder al corazón me vino
que yo comencé como persona franca:...





(foto Pam Penick. 2007, Ice hymenoxys)

Es la luz lo que lo hace enderezarse, como a las flores inclinadas y cerradas por nocturnas heladas. La luz que nos hace arder el corazón. Es extraordinario encontrar alguien que conociera tanto el alma humana. Reconocerse en Dante es una experiencia que hay que vivir en vida, un viaje para riveder le stelle y contemplar la Belleza.

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