jueves, 23 de julio de 2009

Amorosa anticipación



Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
ni la costumbre de tu cuerpo, aún misterioso y tácito y de niña,
ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o silencios
serán favor tan misterioso
como mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria del sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha que la memoria elige,
me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes.

Arrojado a quietud,
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré por vez primera, quizá
como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del Tiempo,
sin el amor, sin mí.


JLB, en Luna de enfrente (1925).

Queriendo compartir más literatura, como suelo hacer, pensaba en otros autores; pero habiendo leído todas las poesías de Borges este verano, éstas volvían una y otra vez a mi mente; versos recobrados como una recuperada heredad.

Hay que leer sus poesías.
Es un literato con gran fervor literario.

El final es espléndido:

«Arrojado a quietud,divisaré esa playa última de tu ser
y te veré por vez primera, quizá
como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del Tiempo,
sin el amor, sin mí».

Y me pregunto:

¿Quién surca el mar hacia nuestra orilla?
El viento propicio, que sopla donde quiere,
es el que impulsa la nave.

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