miércoles, 9 de septiembre de 2009

Dones de la música


El oboe del padre Gabriel, que es Ennio Morricone, y acaso, la Palabra y Su luz.
El pizzicato final del Primer Movimiento de La Patética y La Fuerza del Destino en el Segundo Movimiento de la Quinta Sinfonía en Tchaikovsky.
El vibrato estentóreo de Louis Armstrong.
El do de pecho esplendoroso de Luciano Pavarotti.

La Reina de la Noche en La Flauta Mágica, la Obertura de Las Bodas de Fígaro y el Réquiem en Mozart.
Los violoncellos de Bach.
El Coro de los Peregrinos de Wagner en Tannhäuser.
Los cuatro ciclos al tempo de Vivaldi.
El Ave María de Schubert.

La Novena Sinfonía de Beethoven.
La pompa de Verdi y sus circunstancias.
El amor de Puccini y sus heroínas.
El intermezzo de Mascagni.
Las oberturas de Rossini.
La 18va Variación de Rachmaninov sobre un tema de Paganini.

La Mañana de Edvard Grieg.
El Claro de Luna de Debussy.


La melodía que ha quedado en el olvido,
la parte más profunda de la memoria,
cuya armonía habré de recordar.
Los dones que aún no conozco.

3 comentarios:

Bruno dijo...

me encantó la enumeración, y coincido en casi todo, quizás (y en un rapto de frívola subjetividad) agregaría: La voz de Freddie Mercury, Los acordes de séptima mayor en Jobim, los valses de Bill Evans y el ritmo acompasado de Kapanga! jaja

un abrazo gran

Lucas Esandi dijo...

La subjetividad puede no ser frívola y menos cuando me hablás al menos de los primeros... tres artistas! Jaja
Nono, todo bien con Kapanga.

Un abrazo primazo!

Pasquildo De Racira dijo...

Qué buen posteo... Me dió ganas de escribir, de paso lo invito a "Il mio Blogge", en http://www.desclasadosdeoficina.blogspot.com/