domingo, 11 de octubre de 2009

Hacia la esencia










               

Una brújula

Todas las cosas son palabras del
idioma en que Alguien o Algo[1], noche y día,
escribe[2] esa infinita algarabía[3]
que es la historia del mundo. En su tropel

pasan Cartago y Roma[4], yo, tú, él,
mi vida que no entiendo, esta agonía
de ser enigma, azar, criptografía[5]
y toda la discordia de Babel[6].

Detrás del nombre hay lo que no se nombra[7];
hoy he sentido gravitar su sombra[8]
en esta aguja azul, lúcida y leve,

que hacia el confín de un mar tiende su empeño,
con algo de reloj visto en un sueño
y algo de ave dormida que se mueve[9].


Borges, en El otro, el mismo (1964).






[1] Es una diferencia sustancial decir Algo o Alguien, ya que uno denota un concepto abstracto y otro una inteligencia divina.

[2] Aquí está en juego la visión del mundo como libro propia de la tradición judeo cristiana que implica el mundo como creación de un Hacedor, en este caso, de Alguien que lo crea con Su Palabra escribiéndolo.

[3] Algarabía viene del árabe y significa “la lengua árabe” y, a su vez, denota un griterío confuso de palabras. Eso sería el árabe para los españoles que lo escucharon entre los siglos VIII y XV. Esta palabra resulta interesante por ser onomatopéyica como bárbaro, que los griegos usaban para quienes no hablaban el griego, porque al ser sonidos ininteligibles para sus oídos los oían como si dijeran: “bar bar”.

[4] Se refiere a las Guerras Púnicas acaecidas entre los siglos III y II a.C. Dieron un viraje importantísimo a la Historia de la Humanidad. Roma, cuya política bélica había sido mayormente defensiva, tras la victoria pasó a tener una política más ofensiva. Hasta entonces el romano no había salido de su tierra e inclusive para estas guerras quienes manejaban las naves eran griegos reclutados por Roma. Con este resultado ahora se larga al mar y a Europa. Finalmente, resulta importante esta victoria de Occidente porque el mundo de hoy sería otro de haber prevalecido Cartago y porque hacían sacrificios humanos al dios Baal. A priori, ser etnocéntrico no está bien visto hoy día, pero no obstante, creo que fue importante que no prevaleciera una cultura que sacrificaba vidas humanas, porque no está en manos del hombre acabar con la vida que le es dada, es sacrílego.

[5] Es una escritura (que) oculta, o bien enigmática.

[6] Rememora el episodio bíblico de Génesis, 11, 1-9. Nimrod se propuso llegar al cielo construyendo la torre. Símbolo de la soberbia humana de querer sobrepasar los límites que no podemos franquear al más allá en vida. Es además la historia etiológica del origen de las lenguas. Antes se hablaba una sola, con la destrucción de la torre por parte de Yahvé, que les había ordenado a los hombres que se expandieran, se sembró la confusión y la discordia y se originaron las lenguas. Por eso la ciudad se llamó Babel, que en hebreo, suena como el verbo que significa confundir. Véase la nota 3 a la poesía “Las causas” de Borges, también comentada en el blog.

[7] Idea filosófica nominalista por la cual un nombre no puede nombrar la esencia de una cosa. El Nominalismo confrontado al Realismo fue un gran debate filosófico medieval. Borges concebía al lenguaje como hecho estético, sin importarle si nombraba la esencia de algo o no (Cf. “La poesía” en Siete noches). Son notables las cuantiosas ideas en su poética, muchas de ellas contrarias en la búsqueda de la verdad que no le interesaba tanto como la búsqueda de la belleza. Sintiéndose más nominalista y siendo esencialmente escéptico (Cf. “Epílogo” en Otras inquisiciones), con todo, admiraba también la Teoría de los Arquetipos de Platón, que afirma que existen ideas o formas como entidades subsistentes y separadas de los individuos particulares; esta teoría es una de las vertientes del Realismo posterior.

[8] Por lo susodicho en la nota anterior un nombre cabría postularlo en esta poesía como una sombra de algo que está detrás de ella. Borges le dice a Bioy: “El libro es la sombra de algo que está en la mente del autor y que el autor no conoce claramente (…) Tal vez no haya, en la mente de los poetas, poemas malos; tal vez en casi todos los poemas malos habrá un poema bueno, que movió a escribir al autor” (en Borges de Bioy, p. 32-33).

[9] En los dos versos finales vemos la alusión al sueño que quizá nos acerque más a la esencia, a lo que no se nombra y está detrás del nombre y, a la vez, a una visión más parecida a la de la divinidad, uno intelligendi actu (“en un solo acto de intelección”. Recuérdese la visión del De Consolatio Philosophiae de Boecio y véase el texto “Sueños de sueños” de Tabucchi aquí en el blog). La brújula, entonces, tendería su empeño a la orilla de la esencia donde quiere llegar el hombre en sus meditaciones atravesando el mar. Viaja en pos de la verdad conociendo, y la vida como peregrinaje es otro lugar común de las literaturas, cuyo testimonio más recordado es el de San Agustín de Hipona con su Civitas Dei. ¿Usamos la brújula de nuestra razón para acercarnos a la esencia? ¿Tentamos la aproximación o nos conformamos con las cualidades? En última instancia o en el fondo de toda preocupación humana, ¿nuestra vida y sus móviles por qué, cómo y para qué son? Preguntas todas que van al grano y resultan edificantes. Evitarlas es síntoma de una fidelidad irreflexiva a la letra y de una infidelidad inevitable al espíritu. Hagámoslas.

6 comentarios:

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Hola Lucas, ¿cómo estás? Acabo de volver y he echado un vistazo por aquí y como siempre he visto cosas muy interesantes. A mí siempre me ha interesado mucho el tema de las palabras, los nombres y las cosas. Ya nos escribiremos con más tiempo.

Saludos.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Lucas, me reitero: "Tu blog es genial." Tienes una gran capacidad creadora, un gran talento y un gran interés por las cosas que realmente merecen la pena.
Tu conocimiento de Borges se ve que es amplio. ¿Me podrías recomendar algún trabajo monográfico sobre Borges, en donde su figura y su obra queden bien explicados y analizados? Gracias!!

Un saludo.

Lucas Esandi dijo...

Hola Rubén!
Gracias por tus comentarios, como siempre me da mucho gusto dialogar contigo.

Ahora bien, que me preguntes sobre
trabajos sobre Borges es más difícil de responder que me preguntes sobre su obra, porque hay mucho más escrito sobre él.
Creo que la mejor forma de adentrarse en su mundo -que es el nuestro- es leyéndolo.

Dos temas abarcan su obra: el universo y el tiempo.
Han sido sus preocupaciones vitales.
Ha interrogado las filosofías y las religiones además de las literaturas.
En la gran mayoría de sus textos vemos conjeturas filosóficas (nominalistas sobre todo, y también realistas, platónicas) a partir de las cuales urde su trama.
Para Borges, todos los géneros son subgéneros de la literatura fantástica, teología y filosofía incluidas.

Esto dicho, grosso modo, a modo de aproximación tentativa a su obra. No se me ocurre mejor forma de acercarse a su obra que leyéndoloa él.

Si hallo algún artículo sumario de su vida y obra te lo haré saber oportunamente.

También están a mano los videos online de las entrevistas que le hizo Soler Serrano en 1976 y 1980 y un documental en Argentina:

http://video.google.com/videoplay?docid=-3538268637136559155#docid=5764775529251127235
http://video.google.com/videoplay?docid=-3538268637136559155#docid=985243780456627878
http://video.google.com/videoplay?docid=-3538268637136559155#


Podés empezar por "el Hacedor", que es un libro de 1960. Es un buen puntapié.

Un abrazo grande!

fedebruga dijo...

Hola Lucas, me gustó mucho esto último que escribiste. Te comparto un link sobre Borges que me pareció muy interesante.
http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2009/10/17/_-02020321.htm

abrazo

Lucas Esandi dijo...

Hola Fede, gracias.
La cuestión de su actitud y su postura ante la política resulta interesante.
Siempre estuvo comprometido, aunque no con ideas que complacieran a mucha gente, pero al menos las hacía manifiestas.
Recuerdo que apoyó a Yrigoyen en una candidatura además con otros escritores. Se opuso abiertamente al peronismo cuando no muchos lo hacían.
Conoció a muchos presidentes y nunca se desentendió de la política.
Era como los antiguos romanos que vivían comprometidos al Estado y además escribían: César, Cicerón, Salustio, Séneca, ni hablar de Virgilio, etc.

Un abrazo!

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Lucas, muchas gracias por toda la información sobre Borges, como te dije en mi blog, haré bueno uso de ella.

Un abrazo.