El oboe del padre Gabriel, que es Ennio Morricone, y acaso,
El pizzicato final del Primer Movimiento de
El vibrato estentóreo de Louis Armstrong.
El do de pecho esplendoroso de Luciano Pavarotti.
Los violoncellos de Bach.
El Coro de los Peregrinos de Wagner en Tannhäuser.
Los cuatro ciclos al tempo de Vivaldi.
El Ave María de Schubert.
La pompa de Verdi y sus circunstancias.
El amor de Puccini y sus heroínas.
El intermezzo de Mascagni.
Las oberturas de Rossini.
La 18va Variación de Rachmaninov sobre un tema de Paganini.
El Claro de Luna de Debussy.
La melodía que ha quedado en el olvido,
la parte más profunda de la memoria,
cuya armonía habré de recordar.
Los dones que aún no conozco.
3 comentarios:
me encantó la enumeración, y coincido en casi todo, quizás (y en un rapto de frívola subjetividad) agregaría: La voz de Freddie Mercury, Los acordes de séptima mayor en Jobim, los valses de Bill Evans y el ritmo acompasado de Kapanga! jaja
un abrazo gran
La subjetividad puede no ser frívola y menos cuando me hablás al menos de los primeros... tres artistas! Jaja
Nono, todo bien con Kapanga.
Un abrazo primazo!
Qué buen posteo... Me dió ganas de escribir, de paso lo invito a "Il mio Blogge", en http://www.desclasadosdeoficina.blogspot.com/
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